Bienvenidos hermanos a la celebración de la Pascua del Señor, quien continúa animando la misión, de llevar su palabra en todo el mundo. Hoy la Iglesia celebra la jornada mundial de las misiones. En su mensaje para la Jornada número 94, el Papa recuerda que «la misión, la Iglesia en salida no es un programa, una intención que se logra mediante un esfuerzo de voluntad, sino que es Cristo quien saca a la Iglesia de sí misma. En la misión de anunciar el Evangelio, te mueves porque el Espíritu te empuja y te trae»
La liturgia de la Palabra este domingo, nos invita a confiar con esperanza, en el plan que el Señor tienen para nuestras vidas, en medio de tantas dificultades que podamos estar enfrentando. Dios siempre sabe sacar bienes de males, a veces hasta por caminos insospechados. Él se aparece, en lo que no parece. Pero también nos llama a hacer el esfuerzo, con nuestras acciones, a vivir coherentemente con lo que creemos.
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INSTRUMENTOS DE DIOS
Dios no se ha cansado de invitar a los hombres a cooperar con sus designios salvíficos. Siempre ha tenido colaboradores para llevar a cabo su plan. Así lo hemos visto a lo largo de la historia de pueblo de Israel, como en la historia de nuestra Iglesia. Misioneros que no escatimaron esfuerzos por llevar el mensaje del Evangelio a todas partes, sin importar las consecuencias.
Dios actúa no solo mediante grandes prodigios, también lo hace en la historia concreta, a través de los acontecimientos y personas. Aún en aquellas que no lo conocen, como el rey Ciro. Israel, se encontraba desterrado en Babilonia, este rey con un decreto en el año 538 a.C., permite a las nacionalidades sometidas y deportadas por Babilonia volver a sus hogares respectivos. El profeta Isaías interpreta esta acción como obra del único Dios.
«Te llamé por tu nombre y te di un título de honor, aunque tú no me conocieras» (v. 4), continúa diciendo el profeta, en referencia al rey persa. Hoy, aunque muchos presidentes, no se confiesan creyentes, tienen bajo su cuidado al pueblo de Dios, y con el pueblo de Dios no se debe jugar. Porque muchos poderosos usan a las personas como fichas de ajedrez, pero, para Dios somos su pueblo santo, su propiedad. Dios es celoso con su pueblo, así como lo fue con Israel.
«Nos dice que Dios es uno, es único; no hay otros dioses fuera del Señor, e incluso el poderoso Ciro, emperador de los persas, forma parte de un plan más grande, que sólo Dios conoce y lleva adelante. Esta lectura nos da el sentido teológico de la historia: los cambios de época, el sucederse de las grandes potencias, están bajo el supremo dominio de Dios; ningún poder terreno puede ponerse en su lugar» (Benedicto XVI, Homilía, 16-10-2011).
¿ENTONCES LA GUERRA, DESASTRES NATURALES, PANDEMIAS Y OTRAS CALAMIDADES SON QUERIDAS POR DIOS?
«No, simplemente ha permitido que la libertad humana siguiera su curso, haciendo, sin embargo, que sirviera a su plan, no al de los hombres. Esto vale también para los males naturales como los terremotos y las pestes. Él no los suscita. Él ha dado también de la naturaleza una especie de libertad, cualitativamente diferente, sin duda, de la libertad moral del hombre, pero siempre una forma de libertad. Libertad de evolucionar según sus leyes de desarrollo. No ha creado el mundo como un reloj programado con antelación en cualquier mínimo movimiento suyo. Es lo que algunos llaman la casualidad, y que la Biblia, en cambio, llama sabiduría de Dios» (P. Raniero Cantalamessa, Homilía, 10-04-2020)
LA IGLESIA AL LADO DEL QUE SUFRE
El Concilio Vaticano II ha permitido a la iglesia, tener muy en claro su papel, porque ella en todo tiempo debe estar disponible para «predicar la fe con auténtica libertad, enseñar su doctrina social, ejercer su misión entre los hombres sin traba alguna y dar su juicio moral, incluso sobre materias referentes al orden político, cuando lo exijan los derechos fundamentales de la persona o la salvación de las almas». (Gaudium et Spes 76).
Como Iglesia no dejamos de orar por quienes dirigen los destinos de los pueblos, para que, desde los lugares, en los cuales el pueblo los ha ubicado, sirvan a todos. Propiciando leyes y sistemas justos, al servicio del bien común, abonando siempre la paz. Las autoridades del estado están para «reducir las desigualdades, combatir las discriminaciones, librar al hombre de la esclavitud, hacerle capaz de ser por sí mismo agente responsable de su mejora material, de su progreso moral y de su desarrollo espiritual». (Pablo VI, Populorum Progressio, 33).
EL CRISTIANISMO ES COMPROMISO DE FE Y VIDA
“Den, pues, al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios”. (V.21) muchas veces podemos malinterpretar esta expresión, pensando que Jesús quería que no metiéramos a Dios en las esferas sociales, como la política, educación, economía y la salud. Pero es todo lo contrario. El cristiano está llamado a comprometerse concretamente en las realidades terrenales, pero iluminándolas con la luz que viene de Dios. Confiar en Dios los caminos de diálogo pacífico, en busca una sociedad más humana.
Los fariseos y herodianos le tienden una trampa, buscaban una forma para inculparlo ante la religión o la ley. Si Jesús aceptaba pagar el impuesto al César sería considerado traidor, para los judíos pagarle al César era reconocer que estaban sometidos a un poder extranjero e imperial. Planteaba un problema político – religioso, porque el César se le consideraba una divinidad, pagar al César era rendirle culto; y si decía no, era colocarse en contra del imperio, al que se le podía acusar de subversión.
Jesús no era ingenuo. Supo los peligros y riesgos que le seguían. Jesús pudo callarse, pero, por defender la dignidad del hombre, nunca se calló. Tampoco andaba de imprudente, los tiempos los va marcando Dios. Él es nuestro ejemplo para no callarnos ante los males que sufren los hombres. En nuestra Iglesia tenemos muchos ejemplos de Pastores que han dado la vida por el pueblo.
LIBERARNOS DE SISTEMAS INHUMANOS
Jesús es quien introduce en la discusión a Dios, manifestando así que todo lo tiene que ver con el hombre, involucra a Dios. Devuelvan lo que es del Cesar significa que, es opción de ustedes pagar o no pagar. Porque Él jamás estaría a favor de un sistema opresor como el de los romanos. Del emperador es la moneda, pero de Dios es todo. Ese tributo estaba generando pobreza en Israel, Dios quiere liberarnos de cualquier sistema que provoque en nuestras naciones injusticia, falta de progreso y hasta muerte.
Dar a Dios lo que es de Dios, significa reconocer que ningún hombre es Dios, por tanto, solo a Él podemos dar nuestra vida, adorarle, rendirle culto, postrarnos para ser redimidos con su misericordia. Solamente al Señor tu Dios adorarás, con toda tu fuerza, mente y corazón. Dios es celoso, no hay que postrarse ante nadie. Siendo libres construiremos el mundo que Dios quiere y le adoraremos de verdad.
Bendecido Domingo.
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