Hermanos en este mes de junio dedicado al Sagrado Corazón de Jesús y al Inmaculado Corazón de María, que nos manifiestan su amor por la humanidad y que quieren que todos alcancemos la salvación, la liturgia de la palabra nos sigue dando esperanza en este domingo. Nos invita a seguir con esperanza instaurando el Reino de Cristo, porque Él es fiel, es el protagonista, actúa en nuestra historia, pero quiere contar con nuestra ayuda.

Lecturas del día

DIOS SIEMPRE FIEL

El texto de la Primera Lectura y el Evangelio, sin duda eran fáciles de interpretar por los contemporáneos de los escritores de los textos sagrados. Pero con el tiempo, puede que haya dificultades por el lenguaje figurado. En la lectura del profeta Ezequiel se da el uso de figuras literarias. Encontramos la alegoría (Representación en la que las cosas tienen un significado simbólico) del águila y del cedro.

Todo el capítulo 17 de este libro, se refiere a los Reyes de Israel, que erraron por no obedecer a Dios. Por malas decisiones, dejaron la monarquía en manos de reyes-títeres, puestos por otros gobiernos más grandes, con más poder militar. Como nos pasa a todos los seres humanos, que a veces estamos en disposición de los que se creen reyes, renunciando a nuestros principios, negociando nuestros derechos, ponemos en duda la dignidad del ser humano, desde su concepción hasta su muerte natural.

A pesar de los errores humanos, Dios continuará siendo fiel. Para el pueblo de Israel parecía que ya no se podía recuperar la monarquía que trató en medio de caídas y tropiezos obediente a Dios, como la del Rey David. Sin embargo, desde la óptica de Dios no todo está perdido. Sabemos que Dios en Jesucristo supera todas las esperanzas mesiánicas. Que supera incluso las fronteras de Israel, para traernos a todos, una vida de gracia.

DIOS ES EL VERDADERO PROTAGONISTA DE LA HISTORIA

La parábola del evangelio compara el Reino de Dios con la semilla que crece por si sola y el grano de mostaza que es pequeño, narra cómo la semilla crece sola y el grano de mostaza siendo el más pequeño, se convertirá luego en refugio para muchos pájaros. ¿Qué es el reino de Dios? Es la obra de Dios que Él está completando. Dios lo creó, pero continúa a la cabeza de esta obra. No es que se ausente hasta el fin de mundo para venir a juzgarnos.  Eso sería como el deísmo (creo que existe, pero Dios no intervienen la historia) eso no es cristiano.

Todos somos llamados a poner de nuestra parte en la construcción del Reino de Dios. Aun, cuando experimentamos que nuestro esfuerzo no sirve para nada. Incluso cuando no hay frutos personales, nada pasa en mi familia, en mi grupo parroquial, cuando veo que la situación del país va peor. Es justamente ahí, que crecerá esa semilla por sus fuerzas. Así Dios que es el protagonista de la historia, actuará a su tiempo, sin que nosotros nos demos cuenta.

De nuestra parte sigamos en el silencio actuante que construye, confiando en qué es Dios que hará eso, que humanamente parece imposible. Dios cuenta con nuestra ayuda. Hay un refrán cristiano muy popular que dice: Dios pone casi todo, el hombre pone casi nada; Pero Dios sin tu casi nada, no pone su casi todo. Colaborar con él para la transformación del mundo.

DIOS ACTÚA

Nosotros creemos en la Providencia Divina, ese actuar de Dios en la historia. Tiene dos formas, la primera es de ordinario: es cuando Dios da su gracia para que utilicemos bien la libertad. En la oración colecta durante la misa rezamos así: «concédenos la ayuda de tu gracia para guardar tus mandamientos y agradarte con nuestras acciones y deseos». La gracia de Dios no evita el esfuerzo del hombre, más bien le da vigor. Somos las manos de Dios aquí en la tierra.

La segunda forma de actuar de Dios es de manera extraordinaria. Lo vemos reflejado en el evangelio que nos dice: «El Reino de Dios es como un hombre que echa el grano en la tierra; duerma o se levante, de noche o de día, el grano brota y crece, sin que él sepa cómo» (Mc 4, 26-27). Lo hace la tierra sola, que nutre a la semilla. Subraya que la gracia de Dios actúa incluso cuando el hombre duerme, como expresa el Salmo: «Si Yahvé no construye la casa, en vano se afanan los albañiles […]los que comen pan con fatiga, ¡si se lo da a su amado mientras duerme!» (Sal 127, 1-2)

Esto lo podemos comprender, comparando el cuido de Dios por la humanidad, así como cuidan los padres de sus hijos pequeños. Los padres de familia piden de su colaboración en la disciplina del hogar, enseñan a distinguir lo bueno de lo malo, Los padres orientan la libertad de sus hijos. Pero sin que los niños lo sepan. Los padres actúan mucho más allá de la libertad de los hijos.

Cuando hay posibilidades buscan una escuela en la que tendrán buenas compañías, se les promoverán valores. Sin que los hijos lo sepan los padres esconden aquellos objetos que pueden ser perjudiciales para su salud. Los Padres elaboran una estrategia completa que cuide de ellos, sin que se den cuenta.

Así es la forma extraordinaria en la que trabaja Dios, anónima, oculta. Pero nosotros intuimos. Descubrimos luego que Dios ha actuado ahí, por algo pasaron las cosas decimos, después de un tiempo, de ver como convenía que fuera así. Es la historia de Dios y mi vida. En este mundo hay más bien que mal, Dios se abre camino. A pesar de que parece que este mundo ha dado la espalda a Dios, porque hay datos que lo evidencian. Aunque nosotros estemos durmiendo Dios está actuando.  Hay esperanza, porque es fiel a sus promesas.

Gracias señor porque eres el protagonista de ese bien que sigue actuando en la historia del mundo. Que tengamos una semana en la que evidenciemos su presencia.