«Vendremos a él y haremos morada en él» – Domingo VI de Pascua (C)

Juan Carlos Rivera Zelaya

mayo 21, 2022

Queridos hermanos. La celebración de la Pascua ya se siente lejana. Hace más de un mes que estábamos reunidos para celebrar el paso de la muerte a la vida, la victoria sobre el pecado. Sin embargo, cada domingo es un momento especial en el que el Señor nos da la oportunidad de celebrar su resurrección, con el objetivo de que nosotros anhelemos y esperemos esa Resurrección. Por otra parte, estos últimos domingos de Pascua ya se nos viene anunciando la celebración de Pentecostés, con la promesa del envío del Espíritu Santo.

El que me ama

El evangelio de hoy se sitúa en la Última Cena, durante el discurso de despedida que hace el Señor a sus discípulos. Es un momento crucial en el que Jesús está enseñando las últimas cosas a sus discípulos. Este momento quedó plasmado en el evangelista Juan, su discípulo amado, y nos permite conocer mejor lo que el Señor nos enseña hoy. Quisiera que, sobre todo, nos centráramos a reflexionar en dos frases del evangelio de hoy: «El que me ama guardará mi palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él». Esta frase –a mi parecer– encierra completamente todo el misterio de la vida cristiana.

Jesucristo vino al mundo con la misión de mostrar al hombre el amor de Dios Padre: «tanto amó Dios al mundo que envió a su Único Hijo» (Jn 3,16). El propósito de Nuestro Señor es enseñarnos cuánto nos ama Dios, transmitir ese amor a cada corazón humano herido por el pecado y sanarlo. Jesús vino al mundo con la misión de amarnos, para que nosotros pudiéramos experimentar el amor del Padre. Sobre la experiencia del amor se funda la vida cristiana.

Haremos morada en él

Precisamente, quien vive esta experiencia de encuentro con el amor de Dios, se siente interpelado por ella y necesita responder a ese amor. ¿Cómo lo hace? A través de la escucha atenta de la Palabra y de la obediencia. Guardar la Palabra de Dios significa poner en práctica sus mandatos, cuidando de responder generosamente al amor mostrado en Jesucristo. Quien guarda la Palabra experimenta, además, la alegría del amor de Dios y es capaz de trasmitir ese amor a los demás. Por ello, el Señor dice que tanto el Padre, como el Hijo, vendrán a esa persona y harán morada en él.

Ser cristiano es, sobre todo, ser morada de Dios en el mundo. El cristiano es aquel que vive en la plenitud del amor de Dios, que se sabe amado, guiado, protegido, conducido, custodiado por el amor de Dios. Ser cristiano es no estar solo nunca, porque el cristiano sabe que tiene un Padre y un hermano que lo cuida y protege. El cristiano vive en la experiencia de ser amado, y por lo tanto vive en la experiencia de la felicidad. Esto, aunque haya momentos difíciles o situaciones complejas que quieran robarle su paz y amor.

El Espíritu Santo

La otra parte del evangelio en la que me gustaría prestar atención es: «Les he hablado de esto ahora que estoy a su lado, pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que enviará el Padre en mi nombre, será quien les enseñe todo y les vaya recordando todo lo que les he dicho». Estas palabras nos recuerdan que, además del Padre y del Hijo, tenemos otro aliado en la vida cristiana: el Espíritu Santo. La función de esta persona de la Santísima Trinidad es brindar ayuda al cristiano. Él hace posible que nosotros recordemos el amor del Padre y del Hijo. Gracias a Él, nosotros podemos experimentarnos ayudados por el amor de Dios en todo momento. Por eso cuando estamos en dificultades o cuando queremos volver a experimentar el amor de Dios debemos invocarlo. 

Hoy, que estamos de nuevo reunidos en la Eucaristía, en la que se hace presente el amor de Dios a través del pan y el vino consagrados, debemos preguntarnos:

  • ¿Cómo estoy viviendo en el amor de Dios?
  • ¿Estoy guardando su Palabra, sus mandatos?
  • ¿Me siento acompañado en mi caminar como cristiano? ¿Soy feliz? ¿O siento que me falta algo?
  • ¿Invoco al Espíritu Santo en todo momento?

Reflexionemos estas preguntas y preparémonos para recibir en unos días al Espíritu Santo.

Juan Carlos Rivera Zelaya

Sacerdote de la Diócesis de Jinotega - Nicaragua. Licenciado en Teología Dogmática por la Universidad de Navarra - España. Fundador del blog Paideia Católica sobre formación católica

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