Mucho revuelo ha causado las expectativas sobre el documento final que el papa Francisco ha escrito en diciembre y publicado recientemente la Santa Sede. Quizás es uno de los documentos más polémicos, puesto que el Sínodo de la Amazonía lo fue. Basta observar cómo hasta medios seculares, incluso detractores y enemigos de la Iglesia, han puesto su atención en el documento, puesto que no solo los católicos se sienten interpelados por los temas ahí expuestos, sino también todo el mundo. Eso denota positivamente que aun cuando la Iglesia pareciera cada vez tiene menos influencia en el mundo occidental, aquellos poderes que no la quieren, la siguen revitalizando. El misterio de la iniquidad se hace presente en esta tensión de la construcción de la historia.
Lógicamente el tema de boga es el que es promovido por un sector de la Iglesia que se hace llamar evangélico y apegado a los ideales del Papa, que pretende imponer a la Iglesia una “reforma” supuestamente inspirada por el Concilio Vaticano II, y que sería la primavera de la Iglesia llevada al contexto de la sociedad. Frente a este sector, estaría aquellos que se aferran más que a la Tradición, a tradiciones; y se encierran en una Iglesia evidentemente jerarquizada y clericalizada, sin contacto con el mundo a la cual poco le importa verdaderamente la evangelización y la promoción de la vida humana en Cristo, con sus valores trascendentes. Recomiendo que se lea los artículos recientes que hablan del mismo tema: en ambientes eclesiásticos se les conoce como la izquierda en esta página y la derecha en esta otra. Se puede tener una visión general de estos grupos solo viendo los títulos de los artículos antes enlazados.
Ambos grupos en verdad son reducidos y no representan la mayoría de los verdaderos católicos. Aquellos que inspirados por el Espíritu Santo, ven la realidad del mundo con los ojos de un verdadero místico que contemplan en él – como ya he mencionado – el misterio de la iniquidad y a su vez el de la gracia. Muchos ejemplos se pudieran dar, pero estos litigios entre periodistas poco importan para la verdadera misión de la Iglesia: la evangelización de los pueblos de la Amazonía. Esta es la primera y la gran clave este documento: una evangelización que implica un verdadero compromiso no solo con llevar el Evangelio de Cristo, sino con la promoción humana, el desarrollo y progreso integral de estos pueblos respetando sus culturas y cuidando la casa común.
El verdadero y principal motivo del Papa es la evangelización: de esto nadie habla, de esto no se está comentando. Estos grupos elitistas de ambos extremos solo quieren y aspiran la idea que tienen de Iglesia y no la que el Espíritu Santo va suscitando en la historia de la misma. No ven los signos de los tiempos y cómo la voz del Papa dirige esta barca, este cuerpo de Cristo que se va aproximando al encuentro definitivo con el Padre por la acción del mismo Espíritu. Como católicos, no debemos prestar atención a estas querellas que desvían la atención de lo que realmente debe ser el sentir y el anhelo de cualquier cristiano: nuestra misión y responsabilidad de conducir a todas las creaturas, por la Iglesia a Cristo.
¡Esto es lo que quiere señalar el Papa! ¿Se piensa acaso que ordenando a viri probati se van a resolver los problemas más llamativos de la Evangelización, cuando realmente no hay una conciencia misionera no solo en los sacerdotes, sino en los laicos? ¿Los curas casados son una respuesta a la verdadera necesidad de la misión? Pienso que todo esto es resumir y restringir el verdadero significado de la misma y clericalizar – como lo dice el Papa – la variable y amplia misión de la Iglesia. El problema de fondo no es que haya curas casados o mujeres diaconisas es que realmente no hay conciencia misionera entre todos.
Con esta disposición lee el pequeño documento aquí y podemos tener una buena conversación si quieres abajo en los comentarios. ¡Cree y tendrás vida eterna!
«¡Id! De todas las naciones haced discípulos». El camino neocatecumenal tiene este espiritu misionero que involucra tanto Sacerdotes misioneros de los Seminarios Misioneros Redemptoris Mater como laicos (familias en Mision, Itinerantes, etc) yo creo que la solucion es apoyarse en este carisma que tanto bien hace a la Iglesia. Ya lo dice nuestro querido Papa Francisco "Queridos hermanos y hermanas, vuestro carisma es un gran don de Dios para la Iglesia de nuestro tiempo. Demos gracias al Señor por estos cincuenta años"