Fe, razón y responsabilidad pastoral

Walter Roiz Buitrago

junio 27, 2020

¿Tiene razón la corriente atea que califica a la fe de irracional? ¿O se trata solo de una visión errada a la qué hemos contribuido fieles y clérigos? Es preciso que antes de responder maticemos algunos puntos.

En el Magisterio

«El Dios que es Logos nos garantiza la racionalidad del mundo, la racionalidad de nuestro ser, la adecuación de la razón a Dios y la adecuación de Dios a la razón, aun cuando su razón supere infinitamente a la nuestra…El mundo viene de la razón, y esta razón es persona, es amor-esto es lo que la fe bíblica dice sobre Dios-. La razón puede hablar de Dios, debe hablar de Dios, sino quiere verse disminuida»[1].

Este texto, leído en una época que se pretende a cualquier costo declarar la irracionalidad de la fe, seguramente resulte un tanto extraño, el ateísmo pretende adueñarse de la racionalidad reduciendo la misma a una porción de la ciencia, en la que necesariamente se pretende presentar fe y razón como antagónicas, pero de hecho, hay una complementariedad real, como bien se reconocía en el texto inicial. El Evangelio de san Juan presenta a Dios mismo como razón, Logos, la fe no puede ser irracional, porque deviene en fanatismo y se aleja de la revelación bíblica.

Juan Pablo II nos recordaba que « La Sagrada Escritura nos presenta con sorprendente claridad el vínculo tan profundo que hay entre el conocimiento de fe y el de la razón. Lo atestiguan sobre todo los Libros sapienciales. »[2] Y continuaba más adelante: «el hombre con la luz de la razón sabe reconocer su camino, pero lo puede recorrer de forma libre, sin obstáculos y hasta el final, si con ánimo sincero fija su búsqueda en el horizonte de la fe. La razón y la fe, por tanto, no se pueden separar sin que se reduzca la posibilidad del hombre de conocer de modo adecuado a sí mismo, al mundo y a Dios»[3].

Ahora bien, desde la teología católica está muy bien desarrollado este tema, en el sentido de la necesidad de la fe en la razón, pero al parecer, en nuestra época se ha empañado la necesaria correspondencia. Es decir, la fe tampoco puede prescindir de la razón, la fe no debe y no puede ser irracional.

Iglesia católica y sectas

Quizás la influencia del sectarismo, que apuesta en Latinoamérica por una experiencia sentimental, que aprovecha las múltiples carencias afectivas de nuestras sociedades, esté permeando también en círculos católicos, que lejos de responder a las necesidades espirituales del pueblo, desde la doctrina católica, teniendo presente las realidades concretas y optando por la inculturación, sin rebajar las verdades de fe. Encuentran mucho más sencillo copiar los modelos de sectas, ofrecer más de lo mismo, y es entonces cuando se califica al creyente de irracional. La realidad pastoral lo refleja, en palabras de mi maestro de pastoral: es más fácil introducir un plan pastoral enlatado, copiado de otra  realidad eclesial o incluso de una secta, que pensar un plan realista, porque precisamente implica eso, pensar.[4]

Así hemos sido testigos, que en lugar de instruir adecuadamente a nuestros fieles en un sentido recto de interpretación bíblica, que parta de la riqueza expuesta en la Dei verbum sobre la Revelación, que necesariamente implica el trípode: Sagrada Escritura, Sagrada Tradición, Magisterio, se prefiere una pseudo apologética contestaria que polemiza con diversas sectas, fragmentando y distorsionando, en la mayoría de los casos, el sentido auténtico de los textos y rebajando la realidad de la Revelación. Lamentable es que sean sacerdotes los promotores y más lamentable aún que otros sacerdotes tengan como único medio de preparación homilética y pastoral videos de los primeros.

La fe no puede ser irracional

Retomemos el meollo del asunto, la fe no puede devenir en irracionalidad, el ejemplo anterior evidenciaba la influencia terrible del sectarismo, pero no es lo más grave, hay muchos otros tristes ejemplos. En estos precisos momentos, que la humanidad enfrenta una pandemia, escuchar a sacerdotes predicar que es falta de fe tomar medias contra el covid 19, o decir que debemos cuidarnos, pero verlos en actitudes totalmente irresponsables, exponiéndose y exponiendo a sus fieles, no abona en lo absoluto  a que la fe sea percibida como realmente es presentada en la biblia.

Y no estoy diciendo que tengamos que encerrarnos de brazos cruzados, ¡lejos de eso! Demás está mencionar la valiosa herramienta que presentan los medios de comunicación y redes sociales, sabiendo adecuarlas a cada realidad.

Es preciso idear un plan  pastoral que tome en cuenta estas herramientas y otras, según la realidad de cada parroquia, también es valioso que se escuche lo que la comunidad científica tiene que decirnos y desde allí, sin rebajar las verdades de fe, idear las formas más idóneas de asegurar la vida sacramental de los fieles.

¿Vamos a seguir contribuyendo a que la fe se percibida como símbolo de ignorancia?


[1] J.RATZINGER, Introducción al cristianismo, Sígueme, Salamanca 2013,26.

[2] JUAN PABLO II, Fides et ratio, Editrice Vaticana, Roma, no 16.

[3] Ibídem, no 17.

[4] No se trata de una cita textual, sino que he parafraseado trayendo a mi memoria las clases de pastoral.

Walter Roiz Buitrago

Presbítero de la Diócesis de León - Nicaragua, actualmente Rector del templo filial de Catedral san Juan de Dios, León.

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