La comunión en la mano: un conflicto y una solución

Juan Carlos Rivera Zelaya

julio 9, 2020

La pandemia del coronavirus no solo ha afectado la vida de las personas en general, sino también la de la Iglesia y sus celebraciones. Algunos países han pasado meses sin celebraciones públicas y otros todavía continúan con celebraciones limitadas. En algunos países ya se está viviendo la “nueva normalidad”. Gracias a Dios, esto ha permitido que los fieles vuelvan a vivir las celebraciones de la Eucaristía, pero se han encontrado con nuevas medidas en los templos.

Gel hidroalcohólico a la entrada de las Iglesias, señalizaciones, pantallas de acrílico o el uso de mascarillas para dar la comunión, no dar la comunión bajo las dos especies sobre todo en Eucaristías del Camino Neocatecumenal, etc. Entre los sacerdotes y fieles es común hablar de estas normas. Algunas los tildan de exageradas y no las ponen en práctica, y otros incluso las cumplen a cabalidad.

Sin embargo, dentro de la novedad que ha implicado la celebración de la Eucaristía en estas circunstancias hay dos normas que han molestado y generado polémica dentro de los fieles, pues unos están a favor y otros en contra: la primera es recibir la comunión en la mano y la segunda es el rito de la paz. Sobre el rito de la paz, publicaré un artículo próximamente. En este artículo hablaremos sobre la polémica comunión en la mano.

La comunión de rodillas

Muchos son los santos que han hablado de la necesidad de recibir a Nuestro Señor Jesucristo Eucaristía en la boca y de preferencia de rodillas. A una de las santas más famosas del siglo XX, la Madre Teresa de Calcuta, se le atribuye esta frase:

Por donde quiera que yo voy en todo el mundo, la cosa que me pone más triste es ver a la gente recibir la Comunión en la mano.

Aunque no se sabe si realmente lo dijo, la santa solía recibir la comunión en la boca y de rodillas. Otros muchos santos, también recomiendan la recepción de la comunión en la boca. Esta es una práctica que se introdujo en el medioevo con el objetivo de que el fiel – ayudado por este gesto – reconociera a Jesús presente en el pan, pero hoy poco a poco se va perdiendo en la vida de la Iglesia. La Iglesia, a través de algunos pastores, sigue promoviendo la recepción de Jesús Sacramentado de esta forma. De hecho, el cardenal prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, Roberth Sara, dice:

Es apropiado promover la belleza, la idoneidad y el valor pastoral de una práctica desarrollada durante la larga vida y tradición de la Iglesia, es decir, el acto de recibir la Sagrada Comunión en la lengua y de rodillas. La grandeza y la nobleza del hombre, así como la máxima expresión de su amor por su Creador, consiste en arrodillarse ante Dios. Jesús mismo oró de rodillas en presencia del Padre[1].

La comunión en la mano

Con la reforma litúrgica que promovió el Concilio Vaticano II, se introdujo en la vida de la Iglesia una práctica “nueva” pero “antigua”: la comunión en la mano. En el momento parecía novedosa e incluso ahora mismo parece algo nueva.[2] La verdad es que la práctica de la comunión en la mano es antigua: solo basta imaginarse la Última cena y pensar que Jesús no daría el pan que consagró a sus discípulos en sus bocas, sino que se los repartió en la mano para que se lo comieran (cf. Mt 26,26).

De igual forma, si revisamos la historia de la Iglesia, supondremos que hacían lo mismo. Desde el libro de los Hechos hasta no iniciado el medioevo, seguramente la comunión era en la mano. Como digo, los especialistas aseguran que la comunión en la boca se introdujo en el bajo medioevo por una cuestión pastoral. Sin embargo, si nos ponemos a profundizar, encontraremos que es perfectamente compatible con la Tradición de la Iglesia la recepción de la Eucaristía en la mano.

Ahora bien, la Iglesia actualmente deja a disposición de las Conferencias Episcopales determinar la manera de recibir la comunión en sus países. Puede hacerlo estando de rodillas o de pie, en la boca o en la mano; pero la opción que prefiere la Iglesia según lo interpretado en el texto que presento ahora, es en la boca:

Los fieles comulgan estando de rodillas o de pie, según lo haya determinado la Conferencia de Obispos. Cuando comulgan estando de pie, se recomienda que antes de recibir el Sacramento, hagan la debida reverencia, la cual debe ser determinada por las mismas normas. […] El que comulga responde: Amén, y recibe el Sacramento, en la boca, o donde haya sido concedido, en la mano, según su deseo. Quien comulga, inmediatamente recibe la sagrada Hostia, la consume íntegramente.[3]

Es deber de la Iglesia custodiar que la comunión se consuma íntegramente. Por eso dice Redemptionis Sacramentum: «Sin embargo, póngase especial cuidado en que el comulgante consuma inmediatamente la hostia, delante del ministro, y ninguno se aleje teniendo en la mano las especies eucarísticas. Si existe peligro de profanación, no se distribuya a los fieles la Comunión en la mano.»[4] Por tal razón, en grandes Iglesias o en celebraciones grandes, no se distribuye en la mano.

El deseo del fiel

Es derecho del fiel, que, aunque haya una norma que conceda la comunión en la mano, este pueda elegir si recibirla en la boca o en la mano. Hay un protocolo de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos del año 2002, que llama la atención sobre una práctica pastoral de un sacerdote en una diócesis que negaba la comunión en la boca, aun cuando expresamente queda constado que, aunque la Congregación para el Culto Divino haya aprobado la comunión de pie y en la mano en esa región: «lo ha hecho con la condición de que a los comulgantes que escojan arrodillarse no les será negada la Sagrada Comunión»[5].

Esto no pasaría, al contrario: si en la zona, país o región no está permitida la comunión en la mano – seguramente por alguna razón pastoral o por miedo al sacrilegio –, el fiel no tendrá otra alternativa que obedecer y recibirla en la boca. Hoy parece incluso ultraconservador “la obligación de recibir la comunión en la boca y de rodillas” pero debemos recordar, que si hay una necesidad grave de catequizar sobre la presencia real o si ha habido experiencias de sacrilegios en el territorio, la mejor opción es la recepción “tradicional” de la Eucaristía. Esto trae dos beneficios: una mejor comprensión por parte del fiel sobre la presencia de Jesús Sacramentado y una mejor custodia de lo que los fieles hacen con la hostia consagrada.

En tiempos de coronavirus

Personalmente me parece, que “en tiempos normales” la mejor opción es recibir la comunión en la boca y de rodillas, pues trae beneficios pastorales y espirituales no solo al fiel sino a toda la comunidad parroquial y diocesana. Pero, en circunstancias como estas, las Conferencias Episcopales se han visto en la obligación de “recomendar” la comunión en la mano. Una recomendación que se ha vuelto casi una obligación pastoral, no solo por el cuidado del sacerdote que distribuye la comunión sino del propio fiel.

Incluso se ha llegado a especular que la comunión en la boca no es contagiosa, alegando estudios médicos y serios[6] que no intento descalificar. Pero, hasta el momento ni la OMS se ha clarificado cómo se contagia una persona del virus; por lo que la Iglesia – iluminada por el Espíritu Santo – se preocupa por llevar el alimento espiritual a los fieles, tomando todas las medidas que estén a su alcance. Quizás esta medida sea para algunos fieles, muy extrema o absurda, pero en estos momentos cualquier medida exagerada puede salvar vidas; por lo que la comunión en la boca no es una opción.

¿No recibir la comunión?

Uno de estos días estaba distribuyendo la comunión y un fiel se acercó a recibirla en la boca. Le indiqué que la tenía que recibir en la mano y me dijo que no. Que no iba a cometer sacrilegio. Aun en la fila, le respondí: pues el sacrilegio lo hace un soberbio y desobediente recibiendo al Señor, que una persona que la recibe dignamente en la mano. El joven se levantó y se fue de la Iglesia. No le negué la comunión, simplemente le indiqué el modo en el que tenía que recibirla. Él se negó a recibirla.

¿No comulgar es una opción? ¡No! El cristiano no puede vivir sin la Eucaristía, sin el alimento de salvación que le concede la vida eterna, sin estar en unión total con el Señor. Si a lo que tenemos miedo es a cometer sacrilegio, no te preocupes: puedes hacer varias cosas para que ese miedo que tienes a irreverenciar al Señor no sea real. Aquí te presento algunas.

    1. Prepara bien tu Eucaristía, con oración previa y meditación de las lecturas.
    2. Vive la celebración Eucarística con mucha intensidad.
    3. Haz una pequeña oración en la que reconozcas la presencia real de Jesús. Sacramentado, antes de ir a la fila de la comunión o cuando estés en ella.
    4. Comulga adecuadamente sabiendo colocar tu mano derecha debajo de la izquierda y una vez que hayan depositado a Nuestro Señor en ella, lleva frente al sacerdote y rápidamente la comunión a la boca. (Recuerda desinfectar tus manos antes de comulgar)
    5. Incluso puedes arrodillarte y recibir la comunión en la mano.
    6. Si no quieres tocar al Señor, puedes preparar un pequeño purificador (un pañuelo exclusivo para comulgar) y puedes pedirle al sacerdote que te lo bendiga.
    7. Si tienes miedo de que haya quedado una partícula en tu mano, puedes mojarte las manos después de comulgar. Lo mismo pasa con el purificador. Al llevarlo a tu casa, mójalo y deposita el agua en una planta o sobre tierra.
    8. Después de comulgar haz una oración de acción de gracias.

No te quedes sin comulgar. El demonio puede meternos su cizaña para que “cuidando de no hacer sacrilegio” no nos alimentemos del Señor. Recuerda que la Eucaristía es la fuente y la cumbre de la vida cristiana (cf. LG 11).


[1] Montagna, D., «Cardinal Sarah: Widespread Communion in the hand is part of Satan’s attack on the Eucharist», 22 de febrero de 2018, disponible en https://www.lifesitenews.com/news/cardinal-sarah-we-need-to-rethink-the-way-communion-is-distributed
[2] Se puede consultar los siguientes documentos para profundizar no solo en la práctica de la comunión en la mano, sino sobre todo el misterio Eucarístico: Instrucción General del Misal Romano (2007), Instrucciones Eucharisticum Mysterium (1963), Inmensae Caritatis (1973), Redemptionis Sacramentum (2004) y la Exhortación Apostólica Sacramentum Caritatis (2007)
[3] Instrucción General del Misal Romano, 160-161
[4] Instrucción Redemptonis Sacramentum, 92
[5] Congregatio de Cultu Divino et Disciplina Sacramentorum, Protocolo Nº 1322/02/L, Roma, 1º de Julio de 2002.
[6] Infovaticana, «El presidente de la Asociación de Médicos Católicos dice que la comunión en la mano es más contagiosa que la comunión en la lengua», 20 de mayo de 2020, disponible en: https://infovaticana.com/2020/05/20/el-presidente-de-la-asociacion-de-medicos-catolicos-dice-que-la-comunion-en-la-mano-es-mas-contagiosa-que-la-comunion-en-la-lengua/

Juan Carlos Rivera Zelaya

Sacerdote de la Diócesis de Jinotega - Nicaragua. Licenciado en Teología Dogmática por la Universidad de Navarra - España. Fundador del blog Paideia Católica sobre formación católica

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17 Comentarios

  1. Roland Antonio Rodríguez Herrera

    Pienso que recibir el cuerpo de Cristo, en una eucaristía es la parte más importante y ya que la Diócesis han buscado estrategias para que los fieles comamos el cuerpo de Cristo, pues hay que hacerlo con todo el debido respeto que se merece Jesús Eucaristía y pienso que se puede cometer sacrilegio cuando yo no estoy preparado para participar de Jesús Eucaristía y más así voy a tomarlo, yo al principio Sentía feo tener el cuerpo de Cristo en mis manos y me costó acostumbrarme a esa nueva forma de comulgar y hoy lo hago con toda las reverencias que Cristo se merece y me siento bien comer del cuerpo de Cristo, porque estar en una misa y no participar de la comunión digo yo que es como no haber ido a nada.
    Esta medida de las Iglesias son correcta porque estamos en pandemia y debemos cuidarnos unos a otros y principalmente el cuido de la vida de nuestros sacerdotes y la mía propia.

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  2. Jackayra

    Bueno padre. Recuerdo que yo le hice esa consulta antes de que la pandemia se propagara por el mundo. Yo entiendo perfectamente que actualmente estamos por decirlo así autorizados a comulgar en la mano. En lo personal estoy de acuerdo con usted, si no estuviesemos en crisis sanitaria prefiero la comunión en la boca. Porque como catequista no estoy de acuerdo en enseñar la comunión en la mano, ya que en una ocasión miré a una niña que recibió la comunión en la mano y mejor dicho se tiró la hostia a la boca, espero me entienda la expresión de esto, porque a mí se me hizo tan irrespetuoso, porque a veces los niños no tienen la culpa, porque tal vez no han sido instruidos adecuadamente o tal vez solo quieran llamar la atención hacia otros niños que tal vez aún no hacen su primera comunión.
    De igual forma tuve dos
    Experiencias en una parroquia dónde pudimos observar que llegaron personas a recibir la hostia y las guardaron en la bolsa de su vestimenta. Entonces le avisamos al sacerdote y el sacerdote tuvo que ir a quitársela. Imagínese. Por el momento si recibimos la hostia en la mano hacerlo con el debido respeto . Y si no sabemos cómo hacerlo preguntar a alguien que sepa al respecto. Ya llegará su momento en que podamos recibir l Sagrada Hostia en la boca .

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  3. Ernesto Rizo

    Con respecto al tema de recibir la Comunión en la mano, si es bien polemico y un tanto dificil el tema, por una parte esta la historia de la Iglesia como antes se recibía la Comunión en la mano pero hoy en dia por falta de profundizar temas como estos , creemos que esta malo , pero por otra parte muchos pienso yo que nos sentimos indignos de recir el cuerpo de Cristo en la mano , por nuestros pecados cometidos , ya sea x pecado, no somos dignos y preferimos recibirlo en la boca , mas los jóvenes… pienso tambien que no es correcto , que para poder recibir la Eucaristía tenemos que estar puros y limpios, tambien lo veo como símbolo de respeto y es ahi donde también entra lo que se le llama jerarquía donde sabemos que solo personas consagradas pueden tocar el cuerpo de Cristo con sus manos…

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  4. Ana Sofía Alfaro

    Buenas tardes. Una entrada de blog muy necesaria en estos tiempos que atraviesa la humanidad. Me hace pensar de manera particular en como el pecado llega a nublar nuestra fe, razón y entendimiento, no debemos olvidar que como cristianos es necesario perseverar en las santas virtudes de la sabiduría y obediencia, recordando de igual manera que la santa Iglesia quiere siempre nuestro bienestar tanto espiritual como físico. Como fieles creyentes es indispensable saber que la santa Iglesia posee infalibilidad, indefectibilidad y autoridad. Muchos cuestionan la distribución de la comunión a partir de una ansiedad comprensible. En estos tiempos difíciles, recordemos a Santa Teresa de Ávila. “Nada te turbe, nada te espante”

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    • Teresa

      Sofía Alfaro, la Iglesia no tiene infalibilidada, la tiene sólo el Papa.
      “La infalibilidad pontificia constituye un dogma, según el cual el papa estaría preservado de cometer un error cuando él promulga a la Iglesia una enseñanza dogmática en temas de fe y moral bajo el rango de «solemne definición pontificia» o declaración ex cathedra”.
      En el siguiente artículo está muy bien explicado: https://es.wikipedia.org/wiki/Infalibilidad_papal
      Y por favor vea este otro artículo sobre la comunión en la mano, es muy claro y preciso:
      https://comovaradealmendro.es/2020/06/30/sobre-la-comunion-en-la-mano/?fbclid=IwAR1YespjUmZ0iKKBQXMEPunvGTSRWqtWH2joPVooPuWVOa0nWE_LHbh8CHc0nWE_LHbh8CHc

      Responder
      • Juan Carlos Rivera Zelaya

        «Esta infalibilidad que el divino Redentor quiso que tuviese su Iglesia cuando define la doctrina de fe y costumbres, se extiende tanto cuanto abarca el depósito de la Revelación, que debe ser custodiado santamente y expresado con fidelidad. El Romano Pontífice, Cabeza del Colegio episcopal, goza de esta misma infalibilidad en razón de su oficio cuando, como supremo pastor y doctor de todos los fieles, que confirma en la fe a sus hermanos (cf. Lc 22,32), proclama de una forma definitiva la doctrina de fe y costumbres» (LG 25). Estimada Teresa, la Iglesia sí tiene infalibilidad.

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  5. Teresa

    SOBRE LA COMUNIÓN EN LA MANO

    1. –Sabía usted que Pablo VI fue presionado por miembros del clero -en Alemania, Bélgica, Holanda, Francia- para que autorizara la Comunión en la mano, que se estaba extendiendo sin ningún permiso, en una actitud de indisciplina e individualismo?

    – ¿Sabía usted que en Febrero de 1965 se creó el Consilium para poner en marcha las recomendaciones litúrgicas conciliares? Este organismo pidió al Cardenal Alfrink que Holanda conservase el modo tradicional de distribuir la Comunión (12 Oct. 65).
    – ¿Sabía usted que ante las continuas presiones, la Sgda. Congregación de Ritos concedió la nueva práctica a Alemania (6-7-68) y a Bélgica (11-7) pero que, debido a las protestas por esa claudicación el Papa suspendió la concesión (25-7-68)?
    – ¿Sabía usted que la decisión del Papa no logró cortar los abusos? Pablo VI creyó conveniente realizar una ENCUESTA Mundial entre el Episcopado, a la que el 12 de Marzo de 1969 habían contestado 2.136 Obispos. El resultado fue el siguiente:
    a) A la pregunta: “¿Se ha de acoger el deseo de que, además del modo tradicional, se permita también el rito de recibir la Sagrada Comunión en la mano? Contestaron:
    –¡NO! (Non placet): 1.233 Obispos.

    -¡SI! (Placet): 567.

    -Según (Placet iuxta modum): 315

    – Votos inválidos: 27. . ….

    Hubo dos supuestos más en la encuesta; la opción mayoritaria fue, asimismo, la del no a Comunión en la mano.

    5.–¿Se da cuenta usted de que se consultó a los Obispos, escogidos por el Espíritu Santo para regir las Iglesias (Hech. 20, 28) pero no se les hizo caso, a pesar de que estimaron “que no se debe cambiar la disciplina vigente; más aún, que el cambio sería dañoso, tanto para el sentimiento como para el culto espiritual de los mismos obispos y de muchos fieles?“ (Memoriale Domini, documento de legalización).

    6.-¿Se da cuenta usted de que no se pidió el parecer de los laicos, cuando según el Concilio “tienen la facultad y, a veces, el deber de expresar su opinión acerca de lo que mira al bien de la Iglesia?” (L. G. 37). Fue una clara actitud anticonciliar.

    7.- ¿Sabía usted que en ocasiones se utilizó la mentira para conseguir la autorización de comulgar en la mano? Con mentira escribieron a Roma algunas conferencias episcopales, diciendo que se había consultado a los laicos y que estos lo deseaban; con mentira se escribió desde algún Obispado que la Comunión en la mano la había aprobado el C. Vaticano II. Se faltó a la verdad cuando alguna C. Episcopal divulgó que la Instrucción Memoriale Domini, permitía introducir el nuevo rito si lo pedían 2/3 de obispos; lo cierto es que se trataba sólo de una concesión-indulto para los países en los que ya hubiera arraigado. Y mintió alguna C. Episcopal, cuando certificó que en tal sesión plenaria había llegado a los 2/3, estando ausentes de la misma algunos interesados necesarios para cubrir ese cupo.

    8.–¿Sabía usted que el C. Vaticano II no se pronunció sobre la práctica de la Comunión en la mano? La aprobación viene después, en un período de abusos litúrgicos por los que Juan Pablo II pidió perdón en “Dominicae Cenae” (24-Feb.-80).

    9.- ¿Sabía usted que en los primeros siglos se tenía un conocimiento bastante imperfecto del Misterio Eucarístico, y que esto dio lugar a muchos abusos y herejías? Por ejemplo, las de los arrianos, docetas, gnósticos, marcionitas, aerianos, antropomorfitas, artotiritas (ofrecían queso con el pan en la liturgia), acuarios (ofrecían sólo agua en el cáliz), ofitas (ofrecían panes tocados por una serpiente viva que se colocaba en el altar), catafrigas,… Algunos daban la Eucaristía a los recién nacidos. Otros la colocaban en la boca del muerto o sobre el ataúd. Y los había que se la llevaban a su casa.

    10.-¿Sabía usted que el Espíritu Santo perfecciona la Iglesia con el paso del tiempo? Es algo que recoge el C. Vaticano II: “Eligió (Dios) al Pueblo de Israel, con quien estableció un Pacto, y a quien instruyó gradualmente… a través de su Historia” (L. G. II, 9). “El mismo Espíritu Santo perfecciona constantemente la Fe por medio de sus Dones“ (D. V. 1, 5).

    La Comunión en la mano prendió sobre todo lejos de Roma, pero se imponía el hacerla en la boca, a medida que se profundizaba en la comprensión del Misterio, y crecía el sentido de indignidad y respeto.

    Imitando las normas de la Antigua Alianza, el Papa San Sixto I (s. II) prohíbe que los laicos toquen los vasos sagrados; y S. Gregorio Niseno (s. IV, Obispo de Capadocia en la actual Turquía) prohíbe que toquen el Altar. Pero si sus fieles hubieran comulgado en la mano -algo que no está demostrado- habrían caído en la incongruencia de dar más importancia al continente que al Contenido. S. Juan Crisóstomo [s. IV) advierte que el Serafín que purifica los labios de Isaías con un carbón encendido, tomado del Altar, lo hace mediante unas tenazas, mientras que los fieles reciben al Santísimo en la mano; y advierte: “Esta (La Eucaristía) es mucho más grande que la tocada por el Serafín”. Es otra incongruencia: Nosotros no somos más puros que los Serafines.

    EL MANIPULADO TEXTO DE SAN CIRILO (s.IV). Este Obispo de Jerusalén, pide que al Comulgar se sitúe “la mano izquierda como trono de la derecha” y añade: “Cuida que ni siquiera un Fragmento se pierda. Y si… se perdiese una mínima cantidad, considérala como truncada de tus propios miembros”. Está claro que S. Cirilo presiente los peligros de la Eucaristía en manos de los fieles, a los que hoy es frecuente ver cómo se sacuden las manos después de Comulgar.

    Pero incluso esta cita, muy empleada por los partidarios de la Comunión en la mano, aparece en un contexto de inmadurez y superstición que aquellos omiten interesadamente; porque el párrafo continúa así:

    “Después de que has tomado el Cuerpo de Cristo,… santifícate tomando la Sangre de Cristo también. Mientras tus labios permanecen todavía húmedos (por la Sangre de Cristo) tócalos con tus manos y santifica tus ojos, tu frente, y todos tus otros órganos sensoriales,…”

    Cuando pide ungir con la Sangre de Cristo los cinco sentidos es como si el Santo Obispo (los santos lo son a pesar de sus errores en este Mundo) quisiera aplicar literalmente lo que mandó hacer Moisés en la noche de la Pascua: untar las jambas de las puertas con la sangre del cordero. ¿Quería S. Cirilo que de esta forma los sentidos cerrasen las puertas al Maligno? Puede ser. Pero lo cierto es que Cristo Sacramentado no viene a visitar nuestros sentidos de uno en uno: no necesitamos bañarnos literalmente en su Sangre. Cristo, el Hijo de Dios Omnipotente viene a nuestro Ser completo: a la totalidad de nuestro cuerpo, alma y espíritu; y serán nuestras disposiciones de Pureza, Fe y Confianza las que le dejen obrar en nosotros maravillas.

    Este defecto se mantuvo en algunos lugares, sobre todo lejos de Roma, como hemos dicho. Así por ejemplo:

    Teodoreto, Obispo de Ciro (Siria) del siglo V, de Cristología ambigua, que tuvo serios problemas dentro de la Iglesia, dice que “Durante los misterios sagrados tomamos los miembros del Esposo, los besamos, los abrazamos y los aplicamos a nuestros ojos. ” También S. Juan Damasceno [De Damasco, Siria, 675-749]: “Déjanos recibir el Cuerpo del Crucificado, y la aplicación de ello a nuestros ojos, nuestros labios, y la frente; dejadnos tomar el Carbón Divino ardiente. “

    Al margen de estas últimas citas, que reflejan una clara inmadurez en la comprensión del Misterio Eucarístico, las demás muestran un creciente sentido de indignidad y respeto, que llama a dejar de comulgar en la mano, como vemos en el punto 11.

    Y si la Iglesia, guiada por el Espíritu Santo, había desechado esta práctica hace tantos siglos, ¿Por qué se volvió a permitir en contra de la inmensa mayoría del Episcopado? Sin duda que los responsables han “contristado al Espíritu Santo”.

    11.- Sabía usted que NO EXISTEN FUNDAMENTOS BÍBLlCOS para’ justificar el rito de la Comunión en la mano, sino más bien para denegarlo?

    Dios revela el contenido litúrgico en el Antiguo Testamento, del que Cristo no viene a abolir “ni una sola tilde“. El A. Testamento es como un cliché que ha de revelarse en la Era Cristiana. El rito de no tocar las cosas sagradas (Núm. 4, 15; II Sam 6, 1-9; Jdt 11, 13), se hace realidad en el Nuevo cuando Cristo dice a la Magdalena (Jn 20, 17): ¡NOLl ME TANGERE! (No me toques), y se revalida cuando la Iglesia, llegada la madurez suficiente en la comprensión de Misterio Eucarístico, prohíbe la Comunión en la mano. Entonces se cumple también el Salmo 81: “Abre tu boca y Yo la llenaré“, en un pasaje en que Dios promete alimentar a sus fieles con “flor de harina y miel de la Roca“.

    Es la correcta interpretación de los textos sagrados en el tema, por cuanto la Iglesia prohibió esta práctica durante tantos siglos.

    12.-¿Sabía usted que NO EXISTEN FUNDAMENTOS EN LA TEOLOGÍA TRADICIONAL para justificar la Comunión en la mano?

    Ya San Sixto I, Papa (115-125) prohíbe a los laicos tocar los vasos sagrados (Mansi 1, 653). Con mayor razón hubo de prohibir lo Comunión en la mano.

    En la época de San Justino (100-166) sólo los diáconos dan la Comunión a los fieles (Apología 1, 65,5). Este uso es confirmado por la Didajé (15,1) y por S. Ignacio de Antioquía (+ 107).

    El Papa San Eustaquio (275-283) en su “Exhortación a los Sacerdotes” decreta que “nadie tenga la presunción de hacer llevar la Comunión por un laico o una mujer a un enfermo” (Patrol. La. 5, 165).

    San Basilio (329-379) en carta del año 372, no permite la Comunión en la mano salvo en alguna situación extraordinaria como en caso de persecución (Ep. 93, Petrel. Griega, 32, 483,6).

    El Concilio de Zaragoza (a. 380) ordena: “Excomúlguese a cualquiera que ose recibir la Sagrada Comunión en la mano”.

    San Jerónimo (347-420), Secretario del Papa San Dámaso, aplica la Doctrina Bíblica (Ex 19,5; ISam 21,5) para descalificar la Comunión en la mano: “Si quienes habían estado con sus esposas no podían comer los panes de la Proposición … ¿Cuánto menos podrá ser violado y tocado por ellos aquel Pan que bajó del Cielo? (C. de Panm., 49,15).

    En el Sínodo de Roma del año 404, celebrado bajo el Papa Inocencio I (401-417) se impone el rito de a Comunión en la lengua (Mansi X, 1205).

    El Papa San León I, “El Grande” (440-461) recuerda en su “Sermón V” que el Santísimo Sacramento debe recibirse en la lengua (Patrología Latina, 54, 1385).

    El Papa San Agapito (535-536) curó milagrosamente a un sordomudo, cuya lengua se soltó al darle de Comulgar en la boca (S. Greg. Dial.III,3).

    El Papa San Gregorio “El Grande” (590-604) daba la Comunión en la lengua (Patr. Latina, 75, 103).

    En el Sínodo de Rouen (649-653), siguiendo la línea observada en Roma, se prohíbe Comulgar en la mano, y se amenaza a los sacerdotes que no cumplan estas disposiciones (Mansi X, 1199-1200).

    En el VI Concilio Ecuménico (3º de Constantinopla, 680-681) se prohíbe a los fieles que comulguen por sí mismos, y se amenaza con la Excomunión a los que ‘tengan la osadía de hacerlo (Mansi XI, 969).

    Y es que en el siglo VII ya se había llegado a una mejor comprensión de la grandeza del Misterio Eucarístico y de la Sagrada Escritura. Vaya como ejemplo el sermón de la Santa Sinaxis (Santa Misa) del Padre Apostólico San Anastasio Sinaíta (s.VII) que trata de corregir los abusos y malas disposiciones en el Templo. Después de citar a S. Pablo (1Cor 11, 28 y ss, sobre el necesario discernimiento para que la Eucaristía sirva de Salvación y no de enfermedad y condenación) pregunta a los fieles: “Comprendes ahora cómo la enfermedad y muerte provienen con la máxima frecuencia de acercarse indignamente a los Divinos Misterios?”

    Sto. Tomás de Aquino (s.XIII), el “Doctor Angélico” nos dice: “Por reverencia a este Sacramento, ninguna cosa entra en contacto con Ella (La Eucaristía) a no ser que esté consagrada; por lo cual se consagran no sólo el corporal sino también el Cáliz”, asimismo, las manos del Sacerdote, para tocar este Sacramento. De donde se deduce que a ningún otro le es lícito tocarlo” (Sum. T., III Q, 82,a,3).

    Por eso dice S. Francisco de Asís (s. XIII): “Sólo ellos (los Sacerdotes) deben administrarlo, y no otros“. (Carta 29 a todos los fieles, 35).

    Estas prohibiciones son mantenidas por el Concilio de Trento (1545- 1563) de carácter dogmático y que recoge la enseñanza tradicional..

    Ya S. Agustín (s.IV-V) había advertido: “Sería locura insolente el discutir qué se ha de hacer cuando toda la Iglesia universal tiene ya una práctica establecida… “. (Carta 54, 6; a Jenaro).

    El “Doctor supremo“, Papa Pío XII, 15 siglos más tarde, mantenía la misma postura: “Hay que reprobar severamente la temeraria osadía de quienes introducen intencionadamente nuevas costumbres litúrgicas, o hacen renacer ritos ya desusados, y que no están de acuerdo con las leyes y rúbricas vigentes“. (Mediator Dei, 17).

    E incluso el C. Vaticano II nos ofrece doctrina para descalificar la práctica a la que nos referimos:

    “Aunque cada uno de los Prelados, por sí solo, no posea la prerrogativa de la Infalibilidad, sin embargo, si todos ellos, aún estando dispersos por el Mundo pero manteniendo el vínculo de comunión entre sí y con el Sucesor de Pedro, convienen en un mismo parecer como Maestros auténticos que exponen como definitiva una Doctrina, en las cosas de Fe y de costumbres, en ese caso, anuncian infaliblemente la Doctrina de Cristo“. (L. G., 5).

    Y la mayoría de Obispos convino en que la Comunión en la mano iba a ser perjudicial para la Iglesia, como hemos señalado en el punto 5. Se ha roto, pues, con la Tradición, uno de los Pilares de la Verdadera Iglesia.

    13.- ¿Sabía usted que Cristo está presente en las Partículas que se desprenden de la Sagrada Forma?

    Es Doctrina de la Tradición Eclesiástica (“Obra Maestra del Espíritu Santo”) con fundamentos filosóficos y teológicos, desde los Santos Padres (Orígenes, Tertuliano, S. Hipólito, S. Anastasio, S. Cirilo de Alejandría, S. Cirilo de Jerusalén, S. Efrén, S. Jerónimo) Sto. Tomás de Aquino, … pasando por concilios como los de Florencia y Trento, hasta nuestros días. Por eso en la Liturgia se ordena que al recibir la Comunión se utilice la Bandeja o Patena de los fieles: “El que comulga responde amén, y recibe el Sacramento teniendo la Patena debajo de la boca” (M. Romano, n. 117, de 03-04-69).

    La Instrucción “Redemptionis Sacramentum” (19-03-2004) dice: “La Bandeja para la Comunión de los fieles se debe mantener para evitar el peligro de que caiga la Hostia Sagrada o algún Fragmento” (n.93). Pero ¿Quién se preocupa del destino de las Santas Partículas al comulgar en la mano? ¡Y cuántos sacerdotes han escondido la Patena de los fieles!

    14.- ¿Sabía usted que la Comunión en la mano contribuye a que se pierda el sentido de lo Sagrado?

    Un objeto es Sagrado cuando se ha segregado, separado, del uso normal, para dedicarse en exclusiva al Culto Divino. Al Comulgar en la mano, el rito se hace más sensorial y la simbología recuerda mejor lo que es una comida vulgar; pero al someter lo Santo a los sentidos (al tacto), al humanizar lo divino, al naturalizar lo sobrenatural, se pierde el sentido de lo sagrado: se produce una DESACRALlZACION en el Misterio más importante para la Fe, vaciándolo de buena parte de su contenido y eficacia.

    En cierto modo, al Comulgar en la mano, el rito se degrada: el Santísimo es tratado como un objeto… sagrado, pero un objeto; como una cosa… un tanto especial, entre mis cosas. Es difícil entender en ese gesto vulgar, la unión de nuestra alma con el Dios Altísimo. ¡Qué osadía la de nuestras manos pecadoras! Sin haber sido escogidas, consagradas…

    No es de extrañar que después de haber manoseado al Santísimo, el comulgante vuelva al banco y se siente; que no comprenda ya la obligación de adorarle de rodillas, la necesidad de sentirse nada ante su Creador,… que sea incapaz de reconocer el Misterio de la Cruz actualizado en el Sacramento, y que no sienta la llamada a una entrega absoluta, en correspondencia al Infinito Amor de Dios, humillado en el Sacramento para su Salvación.

    15.- ¿Sabía usted que existen documentos que demuestran que sectas protestantes desde el siglo XVI y la Masonería, desde el siglo XIX, han tratado de conseguir que los Católicos comulgasen en la mano y de pie? Los seculares enemigos de la Fe se salen con la suya. ¡Qué ceguera por nuestra parte!

    16.- ¿Sabía usted que hay iglesias no católicas (sectas) que “comulgan” en la mano pero no creen en la Presencia Real de Jesucristo en la Eucaristía?

    17.- ¿Sabía usted que hay iglesias orientales -unidas o separadas de Roma- según el rito Bizantino, que tienen prohibida la Comunión en la mano? Este rito, pensado para un acercamiento ecuménico (equivocado) ha resultado, pues, antiecuménico.

    18.- ¿Sabía usted que tampoco los últimos Papas han sido partidarios de la Comunión en la mano?

    Juan Pablo II nos decía en la Carta “Dominicae Cenae: “El tocar las Sagradas Especies, su distribución con las propias manos, es un privilegio de los ordenados” (24-Feb.- 80). Y para que nadie interpretase de otra forma estas palabras, tres meses después, ante las cámaras de la televisión francesa, negaba la Comunión en la mano a la esposa del Primer Ministro, Giscard D’Estaing. El mismo año, declaró en Fulda (Alemania) que no estaba de acuerdo con la autorización concedida a ese País. (Cfr. “Vox Fidei”, n. 10-1981; “Chiesa Viva”, n. 112; “Sol de Fátima”, n. 82).

    ¿Por qué después de esta fecha se le vio dar la Comunión en la mano en algunos lugares? Porque fue presionado, haciéndole creer que sería escandaloso prohibir lo que tan fraudulentamente se autorizó, o mostrarse en contra de lo que aprobaron algunas Conferencias Episcopales. Lo mismo que Moisés permitió el divorcio “por la dureza del corazón de los Israelitas”. (Mt. 19, 8).

    Monseñor Albert Malcolm Ranjith, Arzobispo y Secretario de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, manifestó que al recibir la Comunión en la mano se produce “un creciente debilitamiento de una conducta devota frente al Santísimo“(…) ha llegado la hora de evaluar esta práctica y reconsiderarla y, cuando sea necesario, dejarla” (ACI, 03-02-08).

    Benedicto XVI, desde la Festividad del Corpus Christi de 2009, administra la Comunión a los fieles según las normas que enseña la Tradición: de rodillas, en la boca, con bandeja y cirios. Un ejemplo: el 26 de junio de 2011 en San Marino, las autoridades religiosas del lugar pidieron a los fieles que comulgasen en la boca y colocaron reclinatorios para poder hacerlo de rodillas. ¿Por qué Obispos y Sacerdotes no imitan al Papa?

    19.- ¿Sabía usted que la Madre Teresa de Calcuta manifestó que el peor mal en el Mundo es el rito de comulgar en la mano? (“The Wanderer”, 23-3-89; “The Fatima Crusader”, 3er, trim. 89). Es lógico: se trata de un rito inadecuado, causa de profanación y desacralización. Así se pierden Gracias. “Si la Gracia del Señor vale más que la vida” (Sal 62,4) y la Eucaristía es “la Vida del Mundo” (Jn. 6, 51), el rito aludido es un mal de primera magnitud.

    20.- ¿Sabía usted que supuestas apariciones del Señor o de la Virgen, extendidas por todo el Mundo, nos hablan de que el Cielo no acepta el rito de la Comunión en la mano?

    No es un hecho aislado, sino un fenómeno mundial. En países como: Argentina, Australia, Austria, Bélgica, Ecuador, España, Estados Unidos, Guatemala, Italia, Méjico, Polonia … , se atribuyen al Cielo revelaciones que descalifican esta forma de comulgar. Incluso piden que se comulgue de rodillas: “Jamás un Ángel me recibiría de pie”, dice el Señor a la vidente italiana Débora.

    21.- ¿Sabía usted que, según se ha comprobado y como se temía, la práctica de la Comunión en la mano ha potenciado incalculablemente el número de profanaciones, e incluso el robo de Formas Consagradas, para ritos satánicos.

    CONTESTACIÓN A LAS OBJECIONES MÁS FRECUENTES.

    1-Dicen algunos: “Jesús dio en el Cenáculo la Comunión en la mano a los Apóstoles”.

    Esto no viene en el Evangelio. Es sólo una suposición.

    Pero aún cuando así fuere, los apóstoles estaban siendo ordenados Obispos. No eran simples fieles.

    2.-“Lo ha aprobado la Iglesia“.

    En contra del parecer de la mayoría de Obispos del mundo. ¿Y no representaban éstos a la Iglesia? Y el Papa, ¿Por qué lo prohibió en la Diócesis de Roma? ¿No es Él quien mejor representa a la Iglesia? Tampoco se consultó a los laicos, que también son Iglesia. Además, cada Obispo tiene autoridad para aprobar o denegar este rito. En estas circunstancias, decir que lo ha aprobado la Iglesia no es decir toda la Verdad

    3.- “No es más santa la lengua que la mano”.

    No es cuestión de anatomía sino de dignidad. Se trata de una revelación litúrgica y un logro tradicional que debemos aceptar con humildad y obediencia.

    La Liturgia nos habla de las “Santas y Venerables Manos” de Jesús; así son las del Sacerdote desde el día de su Ordenación: manos, consagradas, reservadas para tocar y administrar el Cuerpo de Cristo en la máxima expresión del Culto Divino, en el Sacramento de la Eucaristía, a cuyo servicio está el sacramento del Orden Sacerdotal. Los fieles, no tienen el Sacerdocio ministerial, pero tienen acceso al Sacramento del Matrimonio; sus manos son más aptas para funciones profanas.

    Por otra parte, las manos lo tocan todo, hasta la suciedad; en la lengua, sin embargo, se deposita sólo lo que está limpio y puro. Además, tocar encierra cierta expresión de dominio sobre el objeto, y el Santísimo es un Regalo del Padre Dios, sin yo merecerlo.

    4.- “No es una práctica nueva”.

    Pero sí superada y desechada por la Iglesia que, guiada por el Espíritu Santo, camina a su perfección. La Comunión en la mano es hoy más que un anacronismo: produce una ruinosa involución. Con un agravante: Cuando se utilizaba esta práctica no se comprendía con tanta profundidad el Misterio Eucarístico. Así lo confirma el Documento de legalización.

    ·”Para los antiguos cristianos, comulgar en la mano no significaba menos respeto que comulgar en la boca”.
    Para algunos sí. Pero la comparación no es válida si los cristianos a que se hace referencia, no conocían otro modo de hacerlo. Y la predicación de los Santos Padres, ya desde el s. II, exhortando a “comulgar con temor y temblor“, y prohibiendo tocar el Cáliz e incluso el Altar, está pidiendo a gritos la llegada del Rito de Comulgar en la boca.

    6.-“En las manos es un gesto más natural”.

    Pero en la Sagrada Eucaristía nada es natural. Todo es sobrenatural. Las apariencias no nos dan la Vida.

    7.-·”Es más higiénico Comulgar en la mano”.

    El argumento denota muy poca Fe. Jesús, con su Manto, que tocaban los enfermos, incluso leprosos, curó a la hemorroísa. ¿Y su Cuerpo va a transmitir enfermedades? Pues bien, en la administración de la Sagrada Comunión, el Manto de Cristo son las manos del Sacerdote.

    Nos dice S. Hipólito (s.III): “Cada fiel procure tomar la Eucaristía… pues si es fiel en tomarla, aunque se le dé veneno mortal, no tendrá poder sobre él” (Trad. Ap.). Son palabras que se apoyan en las de Cristo: “… si toman un veneno, no les hará daño” (Mc 16, 18). Pero no es cuestión de higiene sino de Fe y dignidad.

    ·”En caso de aglomeración de fieles, hay que contar con ministros extraordinarios para dar la Comunión, a fin de que la ceremonia no se alargue”.
    Es una tentación. Cristo no entregó su Cuerpo a las multitudes del Monte de las Bienaventuranzas. Allí ofreció sólo un símbolo eucarístico, y les alimentó con el Pan de su Palabra. Pero su Cuerpo y su Sangre los reservó para la intimidad del Cenáculo. Por eso, una celebración multitudinaria, o se organiza bien (suficiente número de Sacerdotes, acólitos y comulgatorios) o se deja sólo en una celebración de la Palabra.

    En estos casos, además, hay que tener en cuenta lo que advierte la Instrucción Redemptionis Sacramentum (J.Pablo II, 19-03-2004): “Si existe peligro de profanación, no se distribuya a los fieles la Comunión en la mano”(p.92). ¡Y en cuántas romerías se da ese riesgo! ¡Cuántas personas acuden a Misa sólo el día de la fiesta, y se acercan a comulgar sin confesar!

    9.-“En algunas Parroquias en que, por la escasez de Sacerdotes, no tengan regularmente Misa Dominical, es bueno que algún seglar o alguna monja, como ministros extraordinarios” celebren la Palabra y repartan la Comunión”.

    Nueva tentación. Si faltan Sacerdotes, lo primero es hacer “rogativas” para que el Dueño de la Mies envíe obreros a su Mies; no es solución disfrazar a alguien de Sacerdote.

    Lo siguiente sería que en el Arciprestazgo se organizase un servicio de autobuses o coches particulares para trasladar a los fieles a las parroquias más próximas. Para la asistencia a fiestas, ver a famosos, escuchar mítines, o para excursiones profanas, la gente no vacila en coger el autobús; con mucho mayor motivo para asistir a la Misa Dominical y alimentarse con el Santísimo Sacramento.

    En último caso, si no hay Misa, se puede organizar a los fieles para que recen el Rosario y mediten la Palabra de Dios y hagan una Comunión Espiritual. Santa Catalina de Siena –Doctora de la Iglesia- nos dice que si no fuere posible comulgar, podrían recibirse las mismas Gracias en una Comunión Espiritual.

    El que un no sacerdote lleve la Comunión a los enfermos lo prohibió ya en el siglo III el Papa S. Eustaquio.

    10.- “Yo sigo las indicaciones de mi Párroco o de mi Obispo”.

    Pero ellos no siguen el ejemplo de los Papas, que prohibieron ese rito en la Diócesis de Roma. Además pueden estar mal informados. Y siempre debemos obedecer a Dios (la Verdad, la Perfección) antes que a los hombres.

    11.- “No somos niños para que se nos dé el alimento en la boca”.

    Pero al Comulgar tampoco somos mayores que tomamos un alimento cualquiera que debe asimilar nuestro cuerpo; al contrario: Al Comulgar hemos de ser transformados por Cristo, ante el que hemos de sentirnos niños para entrar en su Reino.

    12.-“la Ceremonia es más rápida si se Comulga en la mano”.

    Todo lo contrario. Los que comulgan según este modo reprobable, debieran: 1º- Hacer un acto de Adoración (M. Romano). 2º El Sacerdote observa si la mano del comulgante está limpia (Doc. 3-4-85). 3º El comulgante extiende la mano izquierda sobre la derecha. 4º El Sacerdote muestra la S. Forma diciendo “El Cuerpo de Cristo”, y espera a que el fiel responda Amén. 5º El Sacerdote deposita la S. Forma en la mano del comulgante. 6º Este la toma con la mano derecha y la consume delante del Sacerdote (Carta anexa a M. D.). 7º Tanto el Sacerdote como el fiel han de comprobar que no quedan Sagradas Partículas en la mano. (Inmensae C. 5). ¡Tantas cosas y tanto tiempo para hacer algo que no está bien!

    La Ceremonia se acorta cuando los fieles se disponen arrodillados a lo largo del Comulgatorio. Pero, tampoco es cuestión de rapidez sino de dignidad. y a Dios no se le escatima el tiempo.

    https://comovaradealmendro.es/2020/06/30/sobre-la-comunion-en-la-mano/?fbclid=IwAR1YespjUmZ0iKKBQXMEPunvGTSRWqtWH2joPVooPuWVOa0nWE_LHbh8CHc

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    • Juan Carlos Rivera Zelaya

      Muy interesante el artículo. Espero que pueda ayudar a discernir a los lectores del presente. Saludos.

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  6. Yasmara

    con respecto a comulgar en la mano es algo que me inquietaba antes padre; es por lo mismo de las costumbres y enseñanzas de los cuales me habían instruido, pero por el paso del tiempo y las charlas que he venido recibiendo he comprendido que lo que vale es el respeto, disponer el corazón y mente para recibir a nuestro señor Jesucristo, teniendo en cuenta el momento que estamos viviendo y ante todo tenemos que ser obedientes… para mi es importante remarcar que la hostia la recibimos de acuerdo lo orienten los sacerdotes y nosotros como fieles ser obedientes.

    Recuerdo cierto día fui a una misa en otra diócesis y me llamo la atención que el lector en el saludo inicial anuncio a todos los fieles que por favor en la hora de la comunión tomaran la hostia en la mano; esto fue mucho antes de que la Pandemia apareciera; con esto lo que quiero decir es que cada parroquia aplica sus propias normas y es punto importante que se comunique este tipo de información porque no siempre están los mismos fieles; puede que asistan personas nuevas las cuales desconozcan todas las costumbres y tradiciones meramente de esa parroquia a la cual tienen la importunidad de visitar. para mi fue una información interesante y me sirvió de mucho porque realmente cuando yo pasaría a tomar el cuerpo de cristo no lo haría en la mano si no en la boca por que mi costumbre era así, uno de los puntos es que para tomar el cuerpo de cristo en la mano lo debemos hacer con el respeto que se merece y hacerle un altar con nuestra mano a la altura del pecho…

    nosotros como fieles creyentes debemos estar atentos y dispuestos a realizar cambios, claro esta que como iglesia jamas nos pedirán realizar cosas de las cuales estén fuera de lugar eclesiástico. como fiel católica he vivido estos cambios y he logrado ver a muchas personas que no están de acuerdo en reestructurar sus costumbres o enseñanzas y es algo difícil hacer cambio pero no imposible siempre y cuando sea para cuidar nuestra salud, debemos de dejar que el espíritu santo actué en nuestras vidas.

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  7. Guillermo Pérez Fernández

    Perdone Padre Juan Carlos y por el respeto que me merece, NO estoy de acuerdo con su artículo y menos, con la intención de promover, como “normal” el recibir la comunión en la mano.

    Estamos asistiendo a una guerra de quienes se oponen a la Iglesia y quienes estamos dentro, la rebajamos y debilitamos sus preceptos, normas y tradiciones.

    Veo mucha felicidad en quienes se han esforzado por despedazar a nuestra Santa Madre, la Iglesia y luchan por la erosión de la Liturgia. Son los mismos que aplauden a sacerdotes laxos que todo lo permiten y han dejado entrar al demonio mismo a sus Parroquias.

    Parafraseando el Evangelio, son pastores que ven al lobo y ABANDONAN a las ovejas.

    ¡Lamentable!!!

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    • Juan Carlos Rivera Zelaya

      Saludos Guillermo. Muy buena y educada respuesta. Te agradezco presentar con sinceridad tu opinión y te pido que desde ya reces por mí.
      Entiendo tu celo y créeme que yo, personalmente, respeto tu forma de pensar. Te comento que mi forma preferida para dar la comunión y, cuando era laico para recibirla, era en la boca.
      Siento mucho disentir contigo pues aunque no lo creas se puede ser muy celoso de la Liturgia y a la vez dar la comunión en la mano. Como explico en el artículo, se han hecho estudios teológicos para demostrar que la comunión en la mano está presente desde la primitiva Iglesia. Por supuesto que hay muchos abusos, no te lo niego. Pero este tema en específico no lo es. Saludos y de nuevo reza por mí. Bendiciones.

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  8. Eli

    Hola, ¿porqué no se puede tocar con la mano el altar pero sí el cuerpo de Cristo?

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    • Juan Carlos Rivera Zelaya

      Interesante pregunta. La verdad es que no sabría decirle quién le ha aconsejado no tocar con la mano el altar. Un saludo.

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  9. victor

    Hola, hay algo que no entiendo, en la epoca de Jesus buscaban tocar al Señor, aunque sea el fleco de su manto, buscaban estar con El, ser sanados por El y hoy se hacen tanto problema por tocar al Señor con las manos, el bautizado también es un consagrado, tambien es sacerdote, entonces ni el pastor seria digno de tocarlo a El. Bueno eso es lo que yo pienso. Me da la impresion que aveces tenemos mas miedo de ofenderlo y buscamos respetarlo pero terminamos perdiendonos sus gracias, terminamos bajando la cabeza y el Señor es mas sencillo que todo eso, me parece

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  10. Carlos Gustavo Arias

    Si, se lo negó, pues usted no está en la posición de determinar la elección del fiel, y contra su conciencia le ha impuesto una manera, al no administrarle el sacramento como el derecho le ampara. Es muy fácil lavarse las manos como lo hace aquí.

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  11. Carlos Gustavo Arias

    Ahora ya se puede de todo, hasta bailar sobre el altar. Al respecto de lo que pregunta, es en el Concilio de Trento donde se dan esas directirces respecto a las cosas sagradas en torno a la Sagrada Eucaristía, y sean las vestiduras, vasos sagrados, altar etc.

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