4 datos que te ayudarán a vivir mejor la Cuaresma

Juan Carlos Rivera Zelaya

febrero 25, 2020

Iniciamos la Cuaresma. Este tiempo particular que la Iglesia dedica año con año con el objetivo de prepararnos en un camino hacia la Pascua, la fiesta más importante de los cristianos. Acá en Paideia Católica queremos estar contigo en estos días para que juntos podamos vivir un camino de conversión, penitencia y oración. Queremos entonces ofrecerte algunos datos que te ayudarán a comprender y vivir mejor este tiempo santo.

1. Cuarenta días – fundamento bíblico

Cuaresma viene del término latino quadragesĭma y significa literalmente cuarenta días. Este número es especialmente simbólico para la cultura popular y para la historia de las culturas: recuerda la cuarentena, es decir los días que pasa un enfermo o grupo de enfermos para quedar purificados de una enfermedad (tal y como lo que necesitamos nosotros cuando pecamos – el pecado es como una enfermedad). También aparece en la literatura bíblica como tiempo de preparación y penitencia. Los tres ejemplos clásicos son los 40 días del diluvio en los que Dios purificó al mundo de la humanidad corrupta y al finalizar estableció una alianza con Noé (cf. Gn 7); los 40 años que el Pueblo de Dios caminó por el desierto, después de la liberación de Egipto en los cuales también se estableció una alianza (Dt 29,5); y, los 40 días que Jesús pasó en el desierto en el que fue tentado, antes de dar inicio a su ministerio público con el bautismo, y establecer una alianza nueva y definitiva con su sangre (cf. Mc 1,12, Lc 22,20).

«Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto para ser tentado por el diablo.Y después de hacer un ayuno de cuarenta días y cuarenta noches, al fin sintió hambre.» Mt 4,1-2

2. Tiempo litúrgico: marcado por la penitencia y el bautismo.

El tiempo de la Cuaresma fue instituido por la Iglesia en torno al siglo IV, pero desde el siglo II se encuentran vestigios de una preparación para la celebración del tiempo pascual (la celebración de la Resurrección del Señor). Un documento antiguo, Traditio Apostólica, presenta esta preparación con ayuno y vigilias; y, diversas fuentes muestran cómo la preparación estaba ligada con el catecumenado (proceso por el cual los no cristianos eran dispuestos para recibir el bautismo). La cuaresma nace en torno a estas dos vertientes: la penitencia y el bautismo, uno como instrumento y el otro como fin e inicio de una nueva forma de vida. De ahí que en este tiempo se marque mucho la invitación al ayuno, la penitencia y la oración; pero también se reflexione en torno al al significado del bautismo y al sentido de alianza que este tiene al incorporarnos al misterio de la muerte y resurrección de Cristo con él.

3. ¿Por qué es necesario prepararnos?

Año con año los cristianos tenemos una celebración importante: la Pascua. Este es el acontecimiento que funda nuestra fe y sin el cual no tendría sentido nada de lo que dijo, hizo y hace Jesús. Si él no resucitó no fuese el Hijo de Dios y, por ende, lo que Él dijera o hiciera no valdría nada para nosotros; solo quizás como un acontecimiento importante o particular, pero sin efectos para nuestras vidas (cf. 1 Cor 15,14). La buena noticia es que resucitó y los cristianos queremos celebrarlo, puesto que con su muerte y resurrección se funda una nueva alianza entre Dios y los hombres, la alianza definitiva.

«Si no hay resurrección de los muertos, tampoco Cristo resucitó. Y si no resucitó Cristo, vacía es nuestra predicación, vacía también vuestra fe.» 1 Cor 15, 13-14

Cuando pasa un acontecimiento importante celebramos, y ¿por qué no celebrar el más importante de todos los acontecimientos, el que funda nuestra esperanza? Tal y como nos preparamos para cualquier celebración, debemos prepararnos para esta que es de índole espiritual y la más importante de todas. Por supuesto, como es de índole espiritual, debemos realizar un baño diferente, un perfume diferente, cambiar de vestimenta: limpiándonos de toda la suciedad, desobediencia y del mal que hemos ocasionado tanto a Dios como a los hermanos. Limpiándonos del pecado. Esto se realiza o por el bautismo o por la penitencia (ayuno, oración, limosna, confesión).

4. Vivir mejor la cuaresma

Esta invitación es única. Gracias a este tiempo, si lo vivimos bien y a profundidad preparándonos bien, los que hemos sido bautizados podremos renovar en la gran noche de la Vigilia Pascual nuestro bautismo, nuestra propia alianza con Dios asociada a la única y definitiva alianza en la muerte y resurrección de Cristo. Mañana empieza la oportunidad de vivir una cuaresma diferente: confiésate, comulga, haz ayuno, oración, da limosna, porta orgulloso la cruz de ceniza en tu frente y comparte lo que Dios ha hecho en tu vida. Arriésgate a vivir una vida nueva con Jesucristo. ¿Te animas?

¡Cree y tendrás vida eterna!

Juan Carlos Rivera Zelaya

Juan Carlos Rivera Zelaya

Sacerdote de la Diócesis de Jinotega – Nicaragua. Licenciado en Teología Dogmática por la Universidad de Navarra – España. Fundador del blog Paideia Católica sobre formación católica

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1 Comentario

  1. Jackayra

    Conviértete y cree en el Evangelio

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