Vivimos en una sociedad que da mucha importancia a la libertad. Esta es la bandera sobre la que se funda la sociedad moderna. Después de la Revolución francesa, con su lema: igualdad, fraternidad, libertad (1789-1799), y la Declaración de los Derechos humanos (1948), los estados modernos dicen proteger los derechos y la libertad de todos los hombres y mujeres. Sin embargo, debido a varias razones –que no quiero mencionar en este artículo– la realidad es que sobre la base de la libertad se han promulgado varias incongruencias.
Es interesante cómo después de los años sesenta, por la aprobación del aborto de varios estados de corte más liberal (aunque también comunistas como Cuba), varios católicos se han preguntado por qué la mujer no puede elegir el aborto como un derecho, si la mujer católica también es libre. La libertad es, para algunos católicos, la base sobre la que se funda el “derecho del aborto”. Fundamentalmente si los demás pueden abortar porque son libres: ¿por qué una mujer católica no puede también abortar si Dios la creó libre? Sobre esta tesis se funda el grupo proaborto de Católicas por el derecho a decidir, fundada en 1994 y financiada por IPPF (Planned Parenthood).
Más allá de respuestas básicas a estas posturas, que un lector con conocimientos filosóficos básicos daría por sentadas en base a aquellos viejos principios que rezan: la libertad de individuo termina donde empieza la del otro y que todo acto libre implica una responsabilidad por el actor; queremos dar aquí dar razones por las que un católico podría ser proaborto. Aquí presento simplemente tres posibilidades pero puede haber muchas más. Y por último, señalo que estas son las razones por las que un católico podría apoyar el aborto, pero, de ninguna manera, es un incentivo para apoyarlo, porque como se ve, la razón principal es la ignorancia y/o la soberbia.
1. No conoce o no quiere aceptar los mandamientos de las Sagradas Escrituras
El derecho a la vida del ser humano está muy marcado en las Escrituras, y por eso en los mandamientos, luego de los tres mandamientos dirigidos a Dios y la honra a los padres, el quinto exige a todos los creyentes: «no matarás» (Ex 20,13). Este mandamiento no es exclusivo de las Sagradas Escrituras, ni de las religiones. En todo código ético humano, por ley natural (ius naturalis), se encuentra esta norma.
Si los niños en el vientre materno son personas es un pecado matar a esas personas. La Biblia recoge esta conciencia. Si alguien apoya el aborto es porque no conoce o no quiere aceptar que los niños son personas. Y aunque lo sepa y acepte, no le importa realmente que la principal ley del cristiano tiene un mandato específico de no matar. Algunas citas que ejemplifican la conciencia de que el niño en el vientre materno es una persona son:
«Antes de haberte formado yo en el seno materno, te conocía, y antes que nacieses te tenía consagrado» (Jr 1, 5).
«Y mis huesos no se te ocultaban, cuando era yo hecho en lo secreto, tejido en las honduras de la tierra» (Sal 139, 15)
2. No conoce o no quiere aceptar la doctrina y las leyes de la Iglesia
Tanto el Catecismo de la Iglesia como el Derecho Canónico (documento doctrinal y legislación jurídica de la Iglesia, respectivamente), exigen a quienes se llaman católicos no apoyar, promover, ni mucho menos practicar el aborto: «Desde el siglo primero, la Iglesia ha afirmado la malicia moral de todo aborto provocado. Esta enseñanza no ha cambiado; permanece invariable. El aborto directo, es decir, querido como un fin o como un medio, es gravemente contrario a la ley moral» (CEC 2271).
Según el Derecho Canónico, si alguien practica el aborto o lo procura automáticamente queda excomulgado de la Iglesia: «Quien procura el aborto, si éste se produce, incurre en excomunión latae sententiae» (CIC 1398). Es evidente que quien apoyase el aborto y se dice llamar católico, no conoce o no quiere aceptar la doctrina y los leyes de la Iglesia. Inclusive, quien se llamara católico y apoyase el aborto sería una contradicción en persona. Aún más, una persona que apoya abiertamente el aborto no es católico pues está excomulgado.
3. Se deja seducir por ideologías
Junto al movimiento de libertades que pulularon en la década de los sesenta, se fueron desarrollando varias ideologías que se insertaron, como lo constatamos hoy, en la cultura popular de nuestra época. Hoy es cool y actualizado ser pro-choice (proaborto), feminista, pro-LGBTQ, animalista, vegano, antirracista, proinclusión, relativista, etc. El movimiento feminista, sobre todo el feminismo marxista y de género con sus «miembres y aliades», busca dar explicaciones desde categorías pseudobiológicas, sociales y políticas que no tocan la realidad sino que son relativizan la Verdad y su estudio (la ciencia).
Por ejemplo, en el caso del aborto, el movimiento feminista nunca llega a un acuerdo. Mientras para algunos feministas se es persona a un x número de semanas de gestación, para otros hasta que un bebé sale por la vagina es persona. Mientras la ciencia biológica enseña que cuando un espermatozoide fecunda un óvulo ya hay una persona con ADN propio y diferente de la madre; el feminismo oculta esta información, en favor de cumplir con una agenda que responde a geopolíticas de control de natalidad e intereses económicos como los de la multinacional Planned Parenthood, y falsamente engañar a las mujeres diciéndoles que «son más libres cuando abortan».
Mensaje a un católico que quiera apoyar el aborto
Los católicos que hoy se consideran parte de estas ideologías se han olvidado de la Iglesia y de las Sagradas Escrituras. Anteponen sus ideas y las ideas de estos movimientos a la petición de Dios en la Revelación: «no matarás». Católicas por el derecho a decidir no es una organización católica, ni responde al nombre de católico. Cada quien es libre para promover el aborto, como también puede promover la esclavitud, el exterminio de los judíos, el racismo o la violencia machista. Pero esas personas no deben llamarse católicos. Los católicos debemos reaccionar ante estas ideologías que intentan confundir sobre todo a los más sencillos.
Si te sientes atraído por apoyar estas ideologías y estas prácticas asesinas, pregúntate ¿por qué? Qué me lleva a mí a rechazar el quinto mandamiento, las normas de la Iglesia y la propia ciencia (biología) que me aseguran que matar a una persona dentro del vientre de su madre es un asesinato y por tanto un pecado. ¿Realmente abortando apoyo a un bebé en el seno de una mujer, ayudo a la mujer que está pasando por un duro momento? Pedir el aborto seguro, porque pasa y seguirá pasando ¿es realmente a la solución a tantas injusticias que suceden en el mundo? Pregúntate esto, y aunque no cambies de opinión, al menos entiende la postura de la Iglesia.
No estoy de acuerdo. Dijo que las personas que apoyen el poder elegir el aborto no son católicas, entonces, yo no seré católica. Quiero creer que Dios existe, que el me ama, que me cuida y que quiere lo mejor para mi. Pero me niego a aceptar que un embrión sea un ser humano, porque para mí no lo es. Y no me interesa formar parte de una iglesia que pone reglas tan absurdas como el hecho de que usar anticonceptivos está mal, que soy una pecadora por cuidarme, cuidar a mi pareja y cuidar mi cuerpo, ¿Porqué debería creerles a ustedes y no a otras ramas del cristianismo? ¿Porqué el catolicismo es el verdadero cristianismo y no otro? ¿Porque la doctrina protestante sería incorrecta y la católica la correcta? Es más, ¿Porqué el cristianismo sería la religión correcta? ¿No podrían ser verdad el islam, el judaísmo o el hinduismo? Llamenme pecadora si quieren, pero si formar parte de un credo que dice ser el “verdadero” sin dar un motivo real, e imponiendo reglas tan absurdas me hace pecadora, entonces lo seré, y Dios me castigue por eso.
Es interesante tu postura. Me parece que en su justificación para todo lo que dice es que a “a usted le parece”. Es usted la medida de todo. Si algo le gusta está bien, si algo no está mal. Creo que allí hay una clara evidencia de soberbia.